Excerpt from La Hermana de la Caridad, Vol. 2Mientras la suerte de Eduardo y Margarita no estaba decidida, Angela pudo dudar, pudo sentir en dar este paso decisivo. Pero ya publicada su sentencia fatal, le parecía un crimen toda incor tidumbre, toda duda. Conocia que ella había sido implacable con el conde, ygne el conde tenia de recho á ser con ella implacable. Conocia que ir a demandar la vida de un enemigo a un corazon a quien ella habia dado muerte, y muerte moral, - era muy triste. Pero en fin, se decidió, con ese arrojo que para los grandes trances de la vida so lo conoce la mujer, y que será siempre el ideal misterioso de todas las sublimes pasiones. Angela se vistió como un dia en que el conde habló con ella; coquetería muy propia del carácter siempre artístico de la mujer. Llevaba un traje negro, y una mantilla española. Este traje tan propio de la mujer, realzaba su hermosura: al través del es peso velo que cuidadosamente le ocultaba el ros tro, lucian, como dos luceros entre sombras,. Sus hermosisimos ojos. Angela ya no lloraba. Sabia que iba a consumar un gran sacrificio, y lo con sumaba con resignacion heróica.About the PublisherForgotten Books publishes hundreds of thousands of rare and classic books. Find more at www.forgottenbooks.comThis book is a reproduction of an important historical work. Forgotten Books uses state-of-the-art technology to digitally reconstruct the work, preserving the original format whilst repairing imperfections present in the aged copy. In rare cases, an imperfection in the original, such as a blemish or missing page, may be replicated in our edition. We do, however, repair the vast majority of imperfections successfully; any imperfections that remain are intentionally left to preserve the state of such historical works.
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