SPA-ARTE SUECO DE ORDENAR ANTE

Összefoglaló

Llega el Döstadning, el arte de la limpieza para la muerte: un fenómeno sueco para poner en orden nuestra vida antes de pasar a una mejor. Döstädning, o el arte de la limpieza para la muerte, es un fenómeno sueco a través del cual dejar nuestros asuntos en orden antes de pasar a mejor vida. Nos lo presenta Margareta Magnusson, la abuela que todos querríamos tener. Con la claridad de quien ve la vida desde la última parada, explica a jóvenes y mayores cómo ordenar el caos para quedarnos con lo verdaderamente importante. Tanto si se trata de rescatar las reliquias de entre una montaña de trastos, de reducirlo todo a un espacio más pequeño o de establecer un sistema para dejar de perder las llaves, promete ahorrar estrés a quien lo practique y a los que seguirán ahí cuando llegue su hora. Ilustrado por la propia autora, esta es una enseñanza realista, directa y adorablemente excéntrica sobre qué significan de verdad las pertenencias y ser capaz de superar lo efímero. ENGLISH DESCRIPTION A charming, practical, and unsentimental approach to putting a home in order while reflecting on the tiny joys that make up a long life. In Sweden there is a kind of decluttering called döstädning, dö meaning "death" and städning meaning "cleaning." This surprising and invigorating process of clearing out unnecessary belongings can be undertaken at any age or life stage but should be done sooner than later, before others have to do it for you. In The Gentle Art of Swedish Death Cleaning, artist Margareta Magnusson, with Scandinavian humor and wisdom, instructs readers to embrace minimalism. Her radical and joyous method for putting things in order helps families broach sensitive conversations, and makes the process uplifting rather than overwhelming. Margareta suggests which possessions you can easily get rid of (unworn clothes, unwanted presents, more plates than you'd ever use) and which you might want to keep (photographs, love letters, a few of your children's art projects). Digging into her late husband's tool shed, and her own secret drawer of vices, Margareta introduces an element of fun to a potentially daunting task. Along the way readers get a glimpse into her life in Sweden, and also become more comfortable with the idea of letting go.